sábado, 1 de agosto de 2015

Valencia ( 4ª de la Feria de Julio ): Los tres toreros a hombros.



Ficha del festejo:
Plaza de toros de Valencia. Sábado, 25 de julio de 2015. Feria de Julio. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Fermín Bohórquez (1º y 4º) para rejones y de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y nobles en general para lidia ordinaria. El toro lidiado en tercer lugar, “Astusito” fue premiado con la vuelta al ruedo.

Pablo Hermoso de Mendoza, oreja en ambos.
Sebastián Castella, ovación con saludos tras aviso y dos orejas tras aviso.
José María Manzanares, dos orejas y silencio.
 
En el tercer toro de la tarde saludaron tras parear Curro Javier y Luis Blázquez; de igual modo en el que cerraba plaza también hicieron lo propio Rafael Rosa y Luis Blázquez.


En la noche en la que Hermoso, Castella y Manzanares abandonaron la plaza de la calle Xátiva en volandas, un toro también mereció el honor de llevarse el recuerdo. ‘Astusito’ marcó el límite del término bravura y fue la guinda perfecta a una gran corrida. Triunfo artístico y ganadero porque también valió y mucho el quinto, otro buen toro de Cuvillo.

Porque la terna sacó en la capital del Turia su pleno potencial. Hermoso dio una lección de elegancia y clasicismo en las suertes, Castella mostró en el quinto su “Versión 2015″ con la que arrasa por donde pasa y Manzanares tuvo la suerte de encontrarse en su camino con el toro de la feria. Y de otras muchas ferias. Valencia impulsó una imagen que hace falta: el triunfo a costa del disfrute popular que lo pasó en grande en un día en el que la brisa dejó atrás al bochorno de días pasados. El clima se notó en los tendidos, más gente con más ganas, y en el ruedo que se convirtió por momentos en lo imposible.

‘Astusito’ derribó a Chocolate en el primer encuentro y rompió la vara en el segundo encontronazo. El de Cuvillo fue de largo y realizó una pelea vibrante. Cualidades que fueron a más durante la excelente lidia de Rafael Rosa, a la que siguieron tres soberbios pares de Curro Javier y Luis Blázquez. Con el público en pie entró Manzanares en la faena al toro de la feria: pronto, alegre en la embestida, profundo, colocando la cara y rebosando en la muleta. El alicantino aprovechó las embestidas, que iban a más, en tandas cortas. Destacó un cambio de mano que vino después de la mejor tanda de la faena. Cuando cambió la espada comenzaron los primeros sones que pedían el indulto del Cuvillo en el tendido, pero Manzanares no se dio coba y recetó un estoconazo perfecto. Apenas unos segundos después, el torero tenía el premio de las dos orejas y el toro el de la vuelta al ruedo.

Lo importante ya estaba hecho pero Manzanares recibió al sexto con una larga cambiada desde el tercio. Un oasis en el desierto porque el gas del toro duró lo mismo que una alucinación producida por el efecto del calor que está arreando en demasía en esta Feria de Julio. Poco pudo hacer más que estoquearlo dignamente.
Una versión con más ‘punch’ sacó Castella con otro buen toro de Cuvillo. El francés estuvo fresco de ideas y claro con la muleta sobre la que instrumentó una labor limpia de trazo largo y emocionante cuando tuvo que poner de su parte. Antes, este ‘Marginado’ acudió pronto y con alegría en dos buenos encuentros con el picador. Se dolió en banderillas pero en la muleta tuvo transmisión, calidad e impronta en su embestida, que conectó rápidamente con el respetable. La estocada, arriba y de efecto fulminante, le pusieron el triunfo en la mano. Dos orejas que aseguran la triple Puerta Grande.

El segundo de Cuvillo se fue violentando con el paso de la faena pese a que la falta de fuerza fue la tónica desde que Castella se abrió de capa. Destacó en este capítulo un ajustadisimo quite por chicuelinas antes de una faena larga en la que el francés quiso más que el toro. Tras una estocada entera, recogió una ovación desde el tercio.

Hermoso cuajó una labor limpia y elegante al primero de la tercera de la Feria de Julio. Destacó sobre Berlín por la emoción en los quiebros y en el galope de costado, llevándolo cosido a la grupa. También con Viriato, cuando acortó distancias e hizo confiarse al noble astado de Bohórquez. El final con las cortas montando a Pirata junto con el efectivo rejón de muerte le valió la primera oreja. Con Disparate, Hermoso formó después un jaleo considerable. El toro apretó después de dejarlo, otra vez, con un solo rejón de castigo pero ahí estuvo el caballo estrella para no dejarse ni alcanzar en paralelo a tablas. Después llegaron los quiebros de punta a punta de la plaza o los remates toreando sin banderilla. Volvió Pirata al ruedo para cerrar la fiesta, con el que clavó cortas a dos manos. Un rejonazo depues de una pinchazo dejó el premio en una oreja

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