Ficha del festejo:
Plaza de
toros de Valencia. Sábado, 25 de julio de 2015. Feria de Julio. Casi tres
cuartos de entrada. Toros de Fermín
Bohórquez (1º y 4º) para rejones y de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y nobles en general
para lidia ordinaria. El toro lidiado en tercer lugar, “Astusito” fue premiado
con la vuelta al ruedo.
Pablo
Hermoso de Mendoza, oreja en ambos.
Sebastián Castella,
ovación con saludos tras aviso y dos orejas tras aviso.
José María
Manzanares, dos orejas y silencio.
En el tercer
toro de la tarde saludaron tras parear Curro Javier y Luis Blázquez; de igual
modo en el que cerraba plaza también hicieron lo propio Rafael Rosa y Luis
Blázquez.
En la noche en la que Hermoso, Castella y
Manzanares abandonaron la plaza de la calle Xátiva en volandas, un toro
también mereció el honor de llevarse el recuerdo. ‘Astusito’ marcó el límite
del término bravura y fue la guinda perfecta a una gran corrida. Triunfo
artístico y ganadero porque también valió y mucho el quinto, otro buen toro de
Cuvillo.
Porque la terna sacó en la capital del Turia su
pleno potencial. Hermoso dio una lección de elegancia y clasicismo en
las suertes, Castella mostró en el quinto su “Versión 2015″ con la que
arrasa por donde pasa y Manzanares tuvo la suerte de encontrarse en su
camino con el toro de la feria. Y de otras muchas ferias. Valencia
impulsó una imagen que hace falta: el triunfo a costa del disfrute popular que
lo pasó en grande en un día en el que la brisa dejó atrás al bochorno de días
pasados. El clima se notó en los tendidos, más gente con más ganas, y en el
ruedo que se convirtió por momentos en lo imposible.
‘Astusito’ derribó a Chocolate en el primer encuentro
y rompió la vara en el segundo encontronazo. El de Cuvillo fue de largo
y realizó una pelea vibrante. Cualidades que fueron a más durante la excelente
lidia de Rafael Rosa, a la que siguieron tres soberbios pares de Curro
Javier y Luis Blázquez. Con el público en pie entró Manzanares en la
faena al toro de la feria: pronto, alegre en la embestida, profundo, colocando
la cara y rebosando en la muleta. El alicantino aprovechó las embestidas, que
iban a más, en tandas cortas. Destacó un cambio de mano que vino después de la
mejor tanda de la faena. Cuando cambió la espada comenzaron los primeros sones
que pedían el indulto del Cuvillo en el tendido, pero Manzanares
no se dio coba y recetó un estoconazo perfecto. Apenas unos segundos después,
el torero tenía el premio de las dos orejas y el toro el de la vuelta al ruedo.
Lo importante ya estaba hecho pero Manzanares
recibió al sexto con una larga cambiada desde el tercio. Un oasis en el
desierto porque el gas del toro duró lo mismo que una alucinación producida por
el efecto del calor que está arreando en demasía en esta Feria de Julio. Poco
pudo hacer más que estoquearlo dignamente.
Una versión con más ‘punch’ sacó Castella con
otro buen toro de Cuvillo. El francés estuvo fresco de ideas y claro con
la muleta sobre la que instrumentó una labor limpia de trazo largo y
emocionante cuando tuvo que poner de su parte. Antes, este ‘Marginado’ acudió
pronto y con alegría en dos buenos encuentros con el picador. Se dolió en
banderillas pero en la muleta tuvo transmisión, calidad e impronta en su
embestida, que conectó rápidamente con el respetable. La estocada, arriba y de
efecto fulminante, le pusieron el triunfo en la mano. Dos orejas que aseguran
la triple Puerta Grande.
El segundo de Cuvillo se fue violentando con el
paso de la faena pese a que la falta de fuerza fue la tónica desde que
Castella se abrió de capa. Destacó en este capítulo un ajustadisimo quite
por chicuelinas antes de una faena larga en la que el francés quiso más que el
toro. Tras una estocada entera, recogió una ovación desde el tercio.
Hermoso cuajó una labor limpia y elegante al primero de la
tercera de la Feria de Julio. Destacó sobre Berlín por la emoción en los
quiebros y en el galope de costado, llevándolo cosido a la grupa. También con
Viriato, cuando acortó distancias e hizo confiarse al noble astado de Bohórquez.
El final con las cortas montando a Pirata junto con el efectivo rejón de muerte
le valió la primera oreja. Con Disparate, Hermoso formó después un
jaleo considerable. El toro apretó después de dejarlo, otra vez, con un solo
rejón de castigo pero ahí estuvo el caballo estrella para no dejarse ni
alcanzar en paralelo a tablas. Después llegaron los quiebros de punta a punta
de la plaza o los remates toreando sin banderilla. Volvió Pirata al ruedo para
cerrar la fiesta, con el que clavó cortas a dos manos. Un rejonazo depues de
una pinchazo dejó el premio en una oreja
No hay comentarios:
Publicar un comentario