sábado, 1 de agosto de 2015

Valencia ( 1ª de la Feria de Julio ): Inicio en blanco ( y pelea de Miuras )



Ficha del festejo


22 de julio. Primer festejo de abono de la Feria de Julio de Valencia. Un tercio de plaza. Novillos de González Sánchez Dalp. 1º y 2º los mejores.


Juanjo Romera (Escuela Taurina de Málaga): vuelta al ruedo y silencio tras dos avisos
Sedano Vázquez (Escuela Taurina de Castellón): silencio tras dos avisos en ambos
Juan Antonio Navas (Escuela Taurina de Valencia): silencio tras dos avisos y silencio tras aviso

El espectáculo de la noche lo pusieron los toros de Miura. Tras desembarcarse un parejo y dócil encierro de Victoriano del Río, tocó el turno a los de Zahariche. Salió Ratón, negro, luego un lustroso castaño y a continuación un espectacular sardo, Jerezano, marcado con el número 72, que salió del cajón como una exhalación y se peleó hasta con su sombra. De estas peleas quedó muy resentido el toro nº 43, Dudoso, ejemplar castaño, que murió nada más llegar a los corrales. Y es que los toros se pegaron una y otra vez ante la impasibilidad y el pasotismo de la parada de cabestros. Tras saltar otro toro al ruedo, se decidió encerrar estos cuatro para evitar males mayores. Se consiguió que tres pasaran a corrales, pero el sardo siguió en la plaza pidiendo pelea cuando salió el quinto. Al final, se consiguió encerrarlo, también ya muy tocado del ala y el último del encierro ya se soltó en solitario tras una larga espera. Habrá que ver cuántos podrán lidiarse el domingo. De momento, uno ya no. El espectáculo duró una hora y media.

Y otras dos y media la novillada sin picadores que la precedió. En ella se lidió un encierro de González Sánchez Dalp, bien presentado y de variado de pelaje,  algunos de cuyos ejemplares, como el primero y el segundo dieron un juego notable, dentro de su desigualdad. Con este material, al almeriense Romera, de la escuela de Málaga, se le vio como un torero enterado y con un cierto sentido de la ligazón, aunque le costó un mundo quedarse quieto.

Los mejores muletazos los dio el castellonense Sedano Vázquez, quien recibió a portagayola a los dos de su lote. Y luego manejó las telas con gusto, cadencia e impronta. Perdió los trofeos por su deficiente manejo de las armas toricidas. Y el valenciano Juan Antonio Navas, ante el peor lote, anduvo firme, seguro y muy asentado, en dos trabajos bien planteados en los que se amontonó por momentos y tampoco remató con los aceros.

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