sábado, 21 de marzo de 2015

Valencia ( 10ª de la Feria de Fallas ): Climent y Valádez se llevan una oreja bajo el temporal en Valencia.



FICHA DEL FESTEJO:

Novillos de Antonio López Gibaja, de muy buena presencia pero de mal juego generalizado por su falta de casta o, en algunos casos, por su genio y peligro evidente. 


Francisco José Espada: estocada (ovación); tres pinchazos, estocada atravesada y descabello (silencio tras aviso). 
Cristian Climent: estocada delantera desprendida (oreja); estocada atravesada y cinco descabellos (silencio). 
Leo Valádez, de México, que debutaba con picadores: cuatro pinchazos y dos descabellos (silencio tras aviso); estocada caída (oreja). La plaza registró muy floja entrada en tarde de frío, viento y lluvia constante. 

La lógica hubiera aconsejado suspender el festejo ya por la mañana. El temporal de viento, lluvia y frío que azota Valencia estos días se acrecentó tanto horas antes de la novillada que había argumentos sobrados para impedir su celebración. Pero el paseíllo arrancó puntual en circunstancias tan en contra del toreo, y la terna de noveles se vio forzada a hacer un desmedido esfuerzo en busca de un lucimiento ya imposible de antemano.



El de los tres novilleros fue todo un derroche de entrega, porque a la lluvia y a ese fuerte viento, se unió el mal juego de una seria novillada de López Gibaja, en cuya lidia los tres resultaron aparatosamente volteados, milagrosamente, sin mayores consecuencias. La primera voltereta fue para Cristian Climent, al que una ráfaga de aire dejó al descubierto en un quite con el capote a la espalda al novillo que abrió plaza.

Luego el valenciano banderilleó con garra y le puso tesón con la muleta a un segundo astado sin clase ni entrega con el que se volcó a la hora de matar para cobrar la recompensa de la oreja. No pudo Climent hacer mucho más con el serio quinto, que manseó descaradamente en varas y desarrolló un peligroso sentido, como evidenció al arrollar a Leo Valádez cuando intentaba clavar por los adentro en el tercio de banderillas que ambos toreros compartieron.

También se libró por los pelos de un grave percance el joven mexicano, que, a pesar de tan pésimas circunstancias, dejó una excelente impresión en el que era su debut con picadores. Con el tercero de la tarde, Valádez no pudo lucir más que en un saludo por cordobinas y en el tercio de banderillas, ya que el viento no le dejó luego someter a un astado rebrincado y áspero.

Pero sí que convenció con el sexto, ante el que se volvió a mostrar variado y florido con el capote. En pleno temporal de viento y lluvia, el novillero de México clavó las zapatillas en la arena para aguantar las oleadas de un novillo que quiso rajarse, pero al que sacó naturales de mano baja y largo trazo con una muy firme actitud, antes de pasear una oreja de mucho peso específico.

La voltereta que resta por reseñar fue para Francisco José Espada, sobrevenida también a causa de una ráfaga de viento que descontroló el capote del madrileño. Así fue como el cuarto novillo le arrolló y le arrojó de fea manera contra la arena, donde le buscó con saña pero sin lograr su objetivo.

Ni este utrero, sin raza ni clase, ni su primero, afligido y desfondado, permitieron a Espada mostrar más que su mucha voluntad en un festejo sin sentido desde el mismo momento en que se sortearon los novillos bajo un aguacero.

Fuente: EFE

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